Valores en Educación Física: ¿Siempre positivos?

Es habitual encontrar comentarios sobre las bondades y beneficios de la educación física y el deporte en general, ¿pero es realmente así? Los valores en educación física siempre suelen llevar la etiqueta de «positivo». Siempre se da por hecho que los valores que se transmiten en las clases de educación física son buenos… pero, ¿es la educación física portadora de tantos valores positivos como solemos creer? Es probable, pero no evidente.

Me explico. Pondré un ejemplo sencillo y quizás simple. Un lápiz puede ser una herramienta muy útil si lo utilizamos para expresar sobre papel o cualquier otro soporte ideas, dibujos, etc., pero igualmente puede ser una herramienta peligrosa si la utilizamos para otros menesteres.

Te pongo otro ejemplo, los videojuegos. Otra herramienta peligrosa o no según cómo o cuánto se use, pero también encontramos ejemplos en los que se utiliza de base y que ayudan al alumnado a fomentar el aprendizaje. Esto lo explica muy bien la gamificación en educación física. Igual pasa con todo. ¡Hasta con la ciencia!

¿Valores en educación física: siempre positivos?

En esta vida, todo es relativo. Y si nos centramos en el mundo de la educación, lo relativo cobra una dimensión superior. A través de la educación física se pueden transmitir valores que ayuden a los niños a una integración social, a labores de cooperación, a respetar a los compañeros y adversarios, a seguir el código de la deportividad, a ser honesto, etc. Pero por otro lado, también se pueden transmitir valores en educación física, que no sean tan positivos, tales como: el ganar por encima de todo y ante todo, el dejar menospreciar a los adversarios, el individualismo por encima del colectivo, etc.

Pues sí, ambos valores, los positivos y los negativos, se pueden transmitir realizando educación física. Por eso es tan importante, no solamente desarrollar las habilidades físicas, sino también esos valores positivos que se le predisponen a esta práctica educativa. No podemos caer en el error de pensar que la educación física, o el deporte, es bueno «per se», sino que dicha práctica hay que dotarla de valores que beneficien el desarrollo del niño (tolerancia, respeto, confianza, honestidad, colaboración, compañerismo, etc.), para ser realmente educativa.

¿Qué podemos hacer?

¿Qué podemos hacer a este respecto? Mi experiencia me dice, al menos es lo que me funciona a mí, que para transmitir esos valores que pretendemos de forma positiva hay que parar los juegos y actividades cada vez que se produzca una situación que consideremos que nos pueda ser útil para abordar ese valor o valores sobre los que queremos trabajar. Una vez parado el juego, se pasa a exponer la situación que se ha producido y se les invita a los niños a que reflexionen sobre la misma, sin llegar a reñir ni exigir una actuación determinada porque sí.

Los niños pensarán sobre la situación y le darán una solución conjunta, de tal modo, que estamos consiguiendo que ellos mismos se sientan partícipe de la resolución final y no sea siempre el maestro el que determine dicha solución. De esta forma, la implicación en la resolución de problemas por parte de los niños es más participativa y nos ayuda, a transmitir de forma más significativa, esos valores que pretendemos.

Serán necesarias muchas situaciones parecidas para que al final el mensaje termine calando y teniendo los efectos que deseamos, ya que no podemos olvidar, que al realizar educación física, la implicación emocional de los niños es grande y el control de esas emociones, en esas situaciones, no es algo que se consiga en dos días. Debido a esta implicación emocional de los más pequeños, la transmisión de valores en educación física es uno de los puntos fuertes que como educadores debemos pretender y no dejar «ad líbitum» (a voluntad, a merced…) de los acontecimientos porque como hemos visto, los valores en educación física pueden ser la cara y la cruz de una misma moneda.

Conclusión

Tenemos que tener claro que los valores en educación física no tienen por qué ser siempre positivos para la educación, sino que también pueden ser negativos y poco educativos. Como hemos comentado anteriormente, no podemos dejar en la propia práctica la transmisión de dichos valores positivos. Es por ello, que debemos prestar especial interés a las condiciones de ambiente y relación entre niños para detectar aquellos comportamientos que no son los deseados y así poder exponerlos al grupo clase y reflexionar sobre ellos, terminando con una resolución conjunta que incida en la transmisión de esos valores en educación física que tanto gusta enumerar.

Y para muestra, os dejo una lista de algunos de estos valores que podemos fomentar a través de la práctica de la educación física, siempre y cuando, pongamos toda nuestra atención y energía en el fomento, de forma correcta, de estos valores:

• Aceptación
• Autoestima, confianza en si mismo
• Coeducación,
• Cohesión de grupo
• Colaboración
• Compañerismo
• Competitividad
• Compromiso
• Comunicación
• Conformidad
• Cooperación
• Deportividad
• Diversión en el juego
• Fairplay
• Honestidad
• Igualdad
• Imparcialidad
• Juicio crítico
• Motivación
• Nobleza
• No discriminación
• Perseverancia
• Preocupación por los demás
• Respeto (a compañeros, adversario, jueces, normas)
• Responsabilidad
• Saber ganar y perder
• Salud e higiene corporal
• Salud y forma física
• Solidaridad
• Superación
• Tolerancia
• Valentía

Y hasta aquí esta nueva entrada. Como siempre abierto al debate, a nuevos puntos de vista, propuestas, sugerencias, preguntas o para cualquier otra cosa que se te ocurra puedes dejar un comentario o contactar conmigo por privado. Si te gustó la entrada te animo a que te suscribas a nuestro blog.