#332 La no evaluación de los aprendizajes
Verás.
Sin evaluar los aprendizajes no hay paraíso. Paraíso educativo me refiero.
Lo mismo a ti te parece una exageración, pero no lo es.
Y te voy a contar por qué.
Un monitor de tiempo libre que trabaje en un hotel de Benidorm no necesita evaluar los aprendizajes de nadie.
Con que haga una encuesta al final de la sesión es suficiente «oye, ¿os lo habéis pasado bien? ¿Os habéis divertido?».
Ojo, no te confundas, todos mis respetos a los monitores de hotel o de crucero o de cumpleaños de niños o de bodas o de… da igual (también estuve en ese lado algunas veces).
La cuestión es que no es su trabajo el evaluar lo que aprenden sus usuarios, sus clientes, sus alumnos… llámalo como quieras.
Su trabajo es otro.
¿Aprenderán cosas? Claro que aprenden, pero nadie les exige que tienen que evaluar si han aprendido tal o cual cosa.
Ni que recojan evidencias de tal o cual aprendizaje.
Ni que se rijan por ningún currículum.
Nadie.
Pero en el ámbito educativo la cosa no funciona así.
No, sir.
A ti, que estás en el ámbito educativo sí te exigen que evalúes el aprendizaje.
Y no cualquier aprendizaje.
No, sir.
El aprendizaje que viene recogido en el currículum.
Y para recogerlo no basta con quedarte en los instrumentos.
No, no, no.
Los instrumentos de evaluación es un elemento.
Algunos piensan que por tener una rúbrica ya lo tienen todo hecho.
Y la gran mayoría de veces (sí, la gran mayoría de veces) las rúbricas son pésimas, se utilizan mal y, a pesar de la rúbrica se termina evaluando a ojímetro.
Es así.
Y es así porque se pone el énfasis sobre el instrumento.
Un instrumentos de evaluación es una pieza más.
Una pieza que si no tiene contexto ni sentido, de poco sirve.
Incluso te puede entorpecer la labor docente.
Porque hay rúbricas que cuesta entender un huevo.
A veces mucho más que tener una simple lista de control.
Bueno.
Cada uno tiene libertad de cátedra y libertad de elección y decisión.
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