#420 Cómo pisarle el cuello a la monotonía en EF para que no te atrape
El otro día me decía Álvaro:
Kisco, me encantan este tipo de podcast que transcienden a la propia E.F. Además, precisamente, ahora que estoy peleándome con mis miedos, parece que seas mi psicólogo 🤣, que me estés hablando directamente a mí.
Me pasa una cosa muy curiosa respecto a eso de hacer lo mismo siempre.
Cuando estoy en épocas de tranquilidad, sin miedos, hago más o menos lo mismo casi siempre, es decir pruebo pocas cosas nuevas.
Y es en épocas de inseguridades y miedos, por aumento de más horas de clase, alumnado más difícil o lo que sea, que es cuando me parece que no sé nada de E.F. y me pongo como loco a buscar.
No sé si le pasará a mas gente o es que estoy hecho polvo, jaja… Debería ser al revés, creo yo.
Y quería traer este tema al podcast porque me parece muy interesante.
¿Por qué?
Porque en la inacción de los momentos «buenos» puede que esté el origen de esos momentos «malos» (por llamarlos de alguna forma).
Fíjate.
Cuando una pareja atraviesa una época más floja pero no quiere separarse: ¿qué hace?
No sé que harán todas las parejas del mundo, pero sí sé que muchas cambian la rutina y hacen cosas nuevas juntos. Y básicamente esto es una estrategia para romper con la monotonía y recuperar la complicidad.
- Preparan alguna cita especial para cenar (sin amigos, sin niños, ni nadie).
- Quizás se animan a hacer deportes juntos.
- Cae alguna escapada de fin de semana.
- Puede que caiga algunos masajes con velas, aceites y olor a incienso.
- Quizás revivan el pasado viendo fotos de momentos felices.
¿O sea?
Hacen cosas que no solían hacer en su día a día y que incorporan para salvar la pareja y volver a reconectar.
Por tanto lo que comenta Álvaro es algo muy frecuente a todos los niveles.
Lógicamente, también como docente de educación física.
De algún modo se busca la reconexión con la profesión, con los alumnos, contigo mismo…
Ahora bien.
¿Se puede evitar llegar a ese punto de «ponerse como loco a buscar» cosas nuevas por miedos e inseguridades?
No lo sé. Imagino que es (casi) imposible evitar esas etapas de «desconexión».
No somos robots.
Ahora bien.
Creo que el origen de esa desconexión viene precisamente por lo que decía Álvaro de: «cuando estoy en épocas de tranquilidad, sin miedos, hago más o menos lo mismo casi siempre, es decir pruebo pocas cosas nuevas.
Y esto es normal.
Cuando estás bien a nivel físico te puedes permitir el lujo de no hacer ejercicio, de no hacer deporte y aún así te seguirás encontrando bien durante un tiempo.
Pero.
¿Qué pasará con el paso del tiempo?
Que tu forma física se verá afectada, te empezarás a sentir regular contigo mismo, luego mal y, es probable que entonces, quieras hacer cosas nuevas para volver a conectar, para volver a sentirte bien contigo mismo.
Y aquí la clave.
¿Cómo se puede minimizar esos momentos?
Pues precisamente haciendo ejercicio sin esperar a no estar en forma.
Esto también aplica a la pareja
Si tienes una cena con tu pareja todos los martes, porque es importante mantener ese espacio para compartir vuestras cosas, y entiendes que eso dará solidez a la relación… lo planificas y, luego, llueva, truene, ventee, haga frío o calor, vas a cenar con tu pareja los martes.
Y si volvemos al mundo docente, una de las cosas que a particularmente me ayudó a evitar esa montaña rusa de estar conectado y desconectado (con el riesgo que eso conlleva de no volver a conectar jamás) fue aprender a programar y ceñirme a lo programado (lógicamente dentro de toda flexibilidad que requiere un ejercicio de planificación). Valorando en la creación de esa programación, que por supuesto cumples con el currículum, pero también metiendo cosas que te supongan un reto, que te ilusionen a ti, que te mantengan vivo.
Por tanto, el ejercicio que casi te diría que hagas es:
Piensa en aquello que te gusta a ti e introdúcelo. Yo no te puedo decir lo que te motiva a ti, eso es algo que tienes que averiguar tú mismo. Puede que te motive dar las clases con música, en ese caso introdúcela más allá de las sesiones de expresión corporal con coreografía. Introdúcela en la parte inicial de tus sesiones, en las vueltas a la calma, en esas sesiones donde el alumnado trabaja de forma autónoma y la música esté sonando de fondo.
Si lo que te motiva es ver a tu alumnado implicado y dejándose la piel, busca introducir dinámicas o estructuras de aprendizaje que consigan eso… por ejemplo, una gamificación, por ejemplo un aprendizaje basado en retos.
Quizás lo que te mantiene con ilusión es afrontar nuevos contenidos como el jugger, como la esgrima, como la percusión corporal…
Adelante.
Esa es la idea. Desarrollar tu programación sin perder de vista esas cosas que a ti te motivan. Que te ilusionan.
Porque quizás así, la monotonía no llegue tan pronto. No digo que no vaya a llegar, como te decía no somos robots, pero quizás se retrase bastante en el tiempo. O quizás no llegue nunca, quien sabe.
Pues eso.
Que cuando todo te vaya bien no te duermas en los laureles, busca de forma activa esos momentos que te elevan la energía dando clases.
Y hasta aquí lo que te quería contar.
Pasa un gran día.
Kisco.
Deja una respuesta